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Orunmila bajó a la tierra por órdenes expresas de Olodumare, el creador de todo, al hacerlo este descubrió que que no tenía amigo alguno ni a quién recurrir, para que lo ayudase a establecerse en su nueva vida.
En su largo camino por la tierra conoció al elefante, quien lo ayudó y acompañó a lo largo de su travesía, Orula en agradecimiento compartió todas sus posesiones que cargaba consigo.
Pataki del signo Ogbe Kana: El adivino Orunmila y el elefante ¡El nacimiento de ifá!
Una vez que todos los recursos a su disposición se agotaron, Orula y su amigo elefante tuvieron que adentrarse al monte para pedirle trabajo a Ozain.
Juntos empezaron a desempeñarse en varios oficios, Orula cómo era un hombre siempre quedaba rezagado por no tener la fuerza de su amigo, mismo que podía derribar árboles o mover objetos muy pesados.
Cuando Ozain les remuneraba por todo su trabajo y esfuerzo, el elefante recibía más importes por ser el que más trabajaba, por su parte, Orula nada más recibía algunas monedas con las cuales sólo podía sobrevivir.
Al ver dicha situación Orula se dió cuenta que desempeñando este oficio no podría prosperar, por lo que decidió separar de su amigo el elefante y tomar un nuevo rumbo, el cuál encauzar su camino en un destino mejor.
Con el poco dinero que aún le quedaba de su arduo trabajo, Orula decidió comprarse un traje blanco con el cuál partiría hacia su nuevo camino.
Orunmila es traicionado y lo pierde casi todo
Antes de irse y tomar un camino diferente, Orunmila decidió entrar al monte para agradecerle a Ozain por todo lo que había hecho por él, cuidando que no se le ensuciara el único traje que tenía, decidió quitárselo y dárselo a cuidar a su amigo el elefante; además del poco dinero que aún le quedaba.
Al retornar a su camino Orula se percató que el elefante se había puesto su traje blanco, negándose rotundamente a devolverlo, hecho que incomodó muchísimo al gran adivino.
Viendo que el elefante no quería devolver su traje, Orula decidió pedirle que le devolviese el poco dinero que aún le quedaba, el elefante tampoco quería devolverle sus pocos ahorros.
Orula volteó su espalda muy molesto y decepcionado de la conducta del elefante, siguió su camino resignado a perder sus dos únicas posesiones, el traje blanco y todos sus ahorros.
El adivino encontró su camino con Ifá y comenzó a trabajar la Religión Yoruba
En su camino Orula se encontró con un hábil cazador, el cuál le preguntó si este sabía de algún buen lugar adecuado para cazar, a lo que Orunmila le contestó que el monte era el lugar donde se encontraban las presas que este requería.
Al adentrarse al monte el cazador pudo divisar a un gran elefante disparándole a matar, este le cortó el rabo y los colmillos y se lo ofreció a Orunmila cómo pago a su información y gentileza.
Con ayuda de todos estos materiales el Orisha logró confeccionar su tablero e Irofa, y fué así como desde ese día comenzó su largo camino para trabajar en la Religión Yoruba.
Ayudando a todas las personas que lo necesitarán, adivinando el destino de los religiosos y honrando a toda costa la sagrada regla de ifá, mediante sus acciones y con el uso de todos sus conocimientos.
¿Qué te ha parecido está historia de Orunmila y sus inicios en la Religión Yoruba? Déjanos saber en los comentarios que piensas al respecto.